¿BUENA O MALA?

05.10.2013 13:08

Recuerdo las visitas que hacía desde niño al Nevado de Toluca. Era una alegría sin límites, cuándo mis padres nos decían que íbamos a ir al nevado. Los dieciocho kilómetros que separan a Toluca, con el entronque a la carretera hacia Sultepec, que es la que se toma para subir hacia el Nevado, eran una delicia. En aquel entonces, era una carretera de un solo carril, no existían esos carriles de rebase que ahora están, y que provocan menos accidentes.

Del entronque a Sultepec, hacia el Nevado, era una vista hermosa, más cuando había nieve. En alguna ocasión, recuerdo que ya regreso, cuándo empezaba la noche, en la carretera vimos los que nos pareció eran unos zorrillos, pues tenían pelo negro, cola esponjada algo larga y una raya blanca atravesaba su cuerpo por la parte de arriba. Bueno, cuando llegábamos a la desviación hacia el volcán, esa carretera sin pavimentar de la misma forma hacia nuestras delicias, y se observaba a tramos, hacia abajo la carretera a Sultepec.

Se llegaba a un primer albergue, que era una cabaña de ladrillo y cemento, en donde hacia la derecha, había un riachuelo, que visitábamos antes de emprender de nuevo el camino hacia el nevado.

Desde lejos, había un punto en el cual, se veía la cabaña del albergue superior, aquel que indicaba que estábamos prácticamente llegando.

Había donde estacionar el vehículo, y de ahí, podíamos optar por caminar hacia el cráter, lo que muchas veces hicimos, recogiendo por el camino aquellas plantas acacias, que nunca supe como se llamaban, y que tenían una especia de vara, terminada en un capullo, que tenía semillas en su interior.

También había otras plantas, con flores que parecían plumaje de pájaro, y las cuales nos traíamos a nuestra casa, para adornar la sala. Al llegar, se podían observar majestuosas las dos lagunas, del sol y la luna, con su monte en medio, separándolas. Para bajar hasta ellas, era un reto, porque todo era piedra volcánica, y no faltaban los resbalones y las caídas. Tratábamos de tomarnos fotos, con las lagunas al fondo. Era en verdad una vista preciosa, mirando hacia las puntas del volcán, tratando de adivinar cual era el pico del águila, e imaginando lo que muchos decían: “En tiempo de buena visibilidad, se puede ver incluso el reflejo del mar, hacia Acapulco”. Nunca supe si esto era cierto, y hasta la fecha lo ignoro.

Desde el albergue, también se podía pasar por la carretera empedrada, directamente hasta las lagunas, era una carretera estrecha, que daba lugar a mucha imaginación, como pensar qué pasaría si un vehículo llegaba a caer desde ahí.

Al llegar al cráter, se bajaba uno del vehículo, y caminaba hacia las lagunas, donde el agua era totalmente helada. Se veían algunos vestigios de una construcción tal vez muy antigua, y al voltear hacia las puntas del volcán, uno se sentía tan chiquito, que en ocasiones daba miedo estar ahí.

Esas lagunas son un manto acuífero que alimenta al río que baja del volcán, mismo que también recuerdo, ya que entrabamos en el entronque a Sultepec, solo que en vez de tomar a la izquierda, nos internábamos hacia la derecha, a lo que se conoce como “raíces”, donde llegábamos siempre al mismo lugar dejando el carro estacionado, y teníamos que caminar hacia abajo algunos kilómetros, para llegar al río, donde nos dábamos gusto brincando de un lado a otro, esperando ver quien caía a sus aguas.

Sobre la carretera, y como a cuatro kilómetros adelante del entronque a Sultepec, se encuentra el famoso “mapa”, también un lugar de reunión de las familias que iban de día de campo. Y a unos cinco kilómetros adelante, las famosas “peñuelas”, que también tienen un río muy hermoso, con una explanada pastosa donde se sentaba uno a comer. Por cierto, este lugar se hizo famosa porque tenía su propia leyenda, le de la “güera”, una señora que vivía en el pueblo que se encuentra en las peñuelas, y cuentan que una ocasión, su hija que era una bebé, se enfermó, y ella salió rumbo a la carretera para tomar un taxi, y en su desesperación, cruzó la carretera con tan mala suerte que un taxi la atropelló. Desde entonces dicen que se aparece en el lugar, incluso, en alguna ocasión, un presidente municipal del sur de la entidad, narraba que a él y varios de los integrantes del Ayuntamiento, les tocó verla. Quien sabe si fuera cierto.

Todo lo anterior, lo narró, porque el Nevado de Toluca es una tradición entre las familias que lo visitan. Daba tristeza ver como ha sido desforestado poco a poco, por gente sin escrúpulos. Ahora, con la re categorización hecha por el gobierno federal, se dice que lo que se pretende, es precisamente salvaguardar la integridad del lugar, junto con su flora y su fauna. Esperemos que esto sea así, y que los ejidatarios del lugar, al tomar en parte el control del Nevado, paren esa deforestación, que ellos mismos también han propiciado al sembrar papa en los alrededores, lo que ocasiona que se erosione la tierra, y por consiguiente, todo muera.

Me gustaba que se le llamara Parque Nacional, pero ahora será Zona de Reserva de Flora y fauna, ya que si nos vamos a investigar la diferencia, sería esta:

Un PARQUE NATURAL es aquel espacio natural con características biológicas o paisajísticas especiales que les hacen gozar de especial protección y determinadas funciones (recreativa, científica...). Teniendo especial cuidado en la conservación y mantenimiento de sus cualidades.

Una RESERVA NATURAL o área natural protegida o reserva ecológica es un área de importancia para la vida silvestre, flora o fauna, o con rasgos geológicos de especial interés que es protegida y manejada por el hombre, con fines de conservación y de proveer oportunidades de investigación y de educación.

Se escuchan muchas críticas hacia la nueva categorización del Nevado, pero no se escucharon durante todos estos años opiniones para salvar ese tesoro natural… la gente puede estar o no de acuerdo con que cierto partido llegue al poder, con la simpatía hacia el presidente, buena o mala, pero no podemos negar que el Nevado ha sido explotado de forma indiscriminada por gente, como ya dije, sin escrúpulos, por tanto, cualquier intento por preservar la naturaleza, es bienvenido, de nosotros depende que la autoridad lleve a cabo lo que promete, y en esta ocasión, no es la excepción.

En fin, de acuerdo a las definiciones, sinceramente, me quedo con la RESERVA NATURAL, ¿no crees?