EN CUESTIÓN DE SEGURIDAD, VAMOS TODOS.

12.09.2013 18:59
  • VES QUE EL NIÑO ES RISUEÑO Y LE HACES COSQUILLAS.
    Si bien es cierto que corresponde a la autoridad prevenir y llevar a la práctica mecanismos para aminorar la inseguridad, también lo es que por nuestra parte, como ciudadanos, debemos dejar de ser menos insensibles y cooperar un poco para que ambos, autoridades y ciudadanos, disminuyamos los actos criminales a los que nos vemos expuestos diariamente.
     
    No se trata de que nos volvamos superhéroes, porque esto tendría consecuencias negativas aún mayores; se trata simplemente de no mantenernos impasibles ante los hechos que vemos. Podemos ayudar de diferentes maneras, como tomar placas de vehículos sospechosos, marcar a los números de emergencia cuando observemos agresiones hacia los ciudadanos, ya que mas vale reírse al final por algo que no era,  y decir que la regamos, a pensar durante mucho tiempo, que observamos un delito y no hicimos nada para evitarlo.
     
    Muchos podrán poner como excusa que para eso se les paga a los funcionarios encargados de la administración y procuración de justicia, pero estas instituciones, cada vez están más desprestigiadas. 
     
    Sabemos que si alguien va a iniciar una carpeta de investigación por cualquier delito, la mayoría de los Ministerios Públicos tratan a los usuarios como si fueran criminales; bueno, ni a estos los tratan de esta forma, porque se les protegen sus derechos humanos.
     
    No se trata de estar acusando a los servidores públicos con sus jefes, porque salvo que alguno les caiga mal, fuera de eso no les dicen nada, y a muchos nos consta esto. No olvidemos que los Ministerios Públicos siempre han sido en su gran mayoría “codigueros”, esto es, que creen que por saberse los artículos de los delitos, ya son unos expertos, cuando la realidad es otra. 
     
    Con la entrada en vigor del nuevo sistema de justicia penal en el Estado de México, he visto como muchos de estos “profesionales del Derecho”, sufren para vincular a proceso a los responsables de un delito, y una vez que logran lo anterior, debido a su falta de experiencia, mala dicción, y vergüenza al hablar ante la gente, pierden los casos.
     
    He tenido la oportunidad de platicar con varios jueces, quienes catalogan a los Ministerios Públicos (como casi todo el Poder Judicial), en unos ignorantes y prepotentes. Si le preguntamos a cualquiera que trabaja en el área operativa del Ministerio Público que es un silogismo jurídico, estoy seguro que se quedará pensando que eso no existe, cuando esto es lo que los jueces aplican para dictar sus sentencias. Una declaración, cualquiera, de un denunciante o un acusado, tiene miles de errores ortográficos, están confusas, no indican momento a momento como se llevó a cabo el delito. Esto es parte de esa mala formación de estos “servidores públicos”.
     
    No se trata de señalarlos únicamente por hacerlo, sabemos que esto es así, y un botón de muestra de que no tienen la actitud ni aptitud para estos trabajos, es el caso de José Carlos, el niño secuestrado y muerto, que duró medio año en la morgue; me dirán que ese fue solo un error, pero también está el caso de María Bárbara Reyes Muñiz, la joven de diecisiete años que fue secuestrada y asesinada, y quien duró veinte meses sin que alguien pudiera relacionar el cadáver en el SEMEFO de Cuautitlán, a pesar de la difusión que se le dio al caso y que esta joven, tenía las mismas ropas con las que fue secuestrada.
     
    No se puede decir que todos en el Ministerio Público son iguales,  no, así como hay buenos hay malos, pero basta ver el directorio de esta dependencia, para saber que aún están enquistados como cáncer, algunos que no deberían estar, de esos peleados con la vida, también en mandos medios y superiores, y que a base de malos tratos a sus inferiores jerárquicos, les gritan, los ofenden y los hacen caer en errores por la presión tan bestial que se les aplica. 
     
    Si ya de por si, comentamos que no hay por parte de la mayoría del personal operativo deseos de superación, y luego tratándolos de esta forma, pues como… aquí si cabe el dicho de “ves que el niño es risueño y le haces cosquillas.”